Muchas fueron las veces en que llegar a un acuerdo parecía imposible. O que alguna de las dos partes ponía en duda las intenciones de la otra. O que las propuestas eran claramente inaceptables. Cuarenta años después, con el Canal de Panamá bajo administración panameña, y sin la presencia de bases militares o soldados en el territorio nacional, es muy fácil perder de vista el esfuerzo y la entrega de los que hicieron posible este escenario.
Para esa fecha, en 1977, los gobiernos de los Estados Unidos y Panamá, finiquitaban los detalles para la firma de dos pactos: El Tratado Torrijos-Carter y el Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente y Funcionamiento del Canal de Panamá, cuyos acuerdos fundamentales subrayaban el compromiso de los dos países de honrar lo acordado.