En atención al impacto de la economía global por la pandemia de la COVID-19, el Canal de Panamá extenderá las medidas de apoyo a sus clientes hasta el 31 de diciembre de 2020, contribuyendo a la recuperación de la industria.
Esta extensión se produce luego de un diálogo continuo entre el Canal de Panamá y los líderes de la industria marítima sobre la mejor manera de brindar ayuda a medida que el mundo busca recuperarse del impacto económico y social causado por la COVID-19.
“A pesar de los desafíos enfrentados a principios de año, estoy seguro de que veremos una recuperación durante el año fiscal 2021, tanto para el Canal como para nuestros clientes,” dijo el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez Morales. El año fiscal de la vía interoceánica terminará el 30 de septiembre de 2020.
Implementado el 4 de mayo pasado y con vigencia originalmente hasta el 1 de septiembre entrante, las medidas incluyen la suspensión de pagos por adelantado de las tarifas por concepto de reserva de tránsito, así como otros cambios en el sistema de reservas de la vía interoceánica. En conjunto, estas medidas permiten a los clientes mantener mayor liquidez, como también una mayor flexibilidad para intercambiar o sustituir espacios de reserva entre sus propias flotas.
“Me alienta el crecimiento que estamos viendo en el sector de portacontenedores, aunque estamos siguiendo de cerca los cambios en los flujos comerciales a nivel global”, dijo la subadministradora del Canal de Panamá, Ilya Espino de Marotta. “La extensión de estas medidas reafirma nuestro compromiso ante todo con nuestros clientes”.
Los tránsitos en el Canal de Panamá aumentaron de 845 en junio a 933 en julio, y agosto está mostrando una tendencia similar. Este incremento fue dado en gran parte por un aumento en los tránsitos de portacontenedores a lo largo de la ruta de la costa este de los Estados Unidos hacia Asia.
La extensión de las medidas de apoyo se produce inmediatamente después del compromiso del Canal de Panamá de realizar inversiones para asegurar una solución sostenible y de largo plazo en cuanto a los niveles de agua, aumentando la confiabilidad operativa de la vía interoceánica en los próximos años.